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Copenhague

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De nuevo el trabajo me ha traido a Escandinavia, lugar donde siempre me quedan mas y mas ganas de volver. Parece que cuanto más subo, más encuentro el norte… 😉

Hoy me he reconciliado con Copenhague. Ayer empezamos muy bien, con un bonito cielo rosa por la mañana. Y después, el cielo se enfurruñó (ya se sabe por aqui que es algo caprichoso), comenzó a llover, a hacer frío…. y yo no podía ver mucho más allá de mi sombrero de lluvia (para qué paraguas! soy una gallega valiente!). Terminé mi jornada laboral solo con ganas de retirarme a mis aposentos.

Hoy sin embargo, el día se mantuvo un poco tonto, chispeando a veces, frío, como no, pero no ventoso. Así se llevaba mejor… Pude mirar al cielo y echarle piropos. Descubrir parques escondidos, con colores de otoño, pequeños lagos…. Encontré un puerto maravilloso entre las brumas de la mañana. Veleros que podrían contar mil historias, casas de colores, pescadores… Casi llegaba el aroma a vida y a mar que se respiraba en el pasado. Hoy las terrazas dominan esas mismas calles donde se repartía el pescado; hoy los daneses cuidan con mimo cada rincon de su preciosa ciudad.

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Llegó el premio al trabajo, al optimismo, a la alegría, a las canciones que me canto por la calle. Salió el sol para mí y solo para mí. Claro que los daneses no sabían todo el poder que ejerzo sobre la ciudad…. Mejor que no lo sepan. La gente estaba más contenta. Las bicis con carritos llevando 3 o 4 niños dentro trotaban alegremente, trafico de bicis mayor que de coches. Divina sostenibilidad. ¡Cuanto por aprender!

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Y pensar que el día empezó así…
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10 respuestas a «Copenhague»

Ojalá supiera escribir sobre el mundo, la vida, sin arruinar sus blancas yemas de madrugada. Vivir, viajar, escribir… —tres cuerdas tiene mi guitarra…

Si supiera encontrar la “buena distancia” entre el mundo y la literatura. Encontrar entre las brumas de la imaginación la distancia correcta entre lo real y lo soñado, que vibren al unísono aunque dispares…

El Viajero mira a lo lejos y desde lejos y en su mirada habita el misterio (el misterio es su mirada). Desaparecer le da poder; mirar adelante, ligereza. Vivir este exilio romántico, exótico, es su destino…

Ojalá supiera fundir, unir indisolublemente, mi alma, la tierra, a la escritura…

Beso otoñal frente a las jacarandas del parque. Mira qué locura de otoño… ya florecen penachos violeta. Y tú tan al norte…

Pau Llanes

Me gusta esta ultima frase, querido Pau. Florecen los penachos violeta… y tu tan al norte. Tantas cosas suceden en nuestro universo diminuto, tan únicos nos sentimos, tan importantes, y somos tan pequeñitos.
Cuanto más viaja uno, más valora la diferencia, los matices, las personas, la Vida. Encontrando en cada rincón una historia, un aprendizaje, un instante.

Sabes escribir más que bien, Pau. Sobre la vida en tu mundo, sobre tu óptica y tu sentir. Reflexiones en un profundo otoño perfumado de primavera…

Un abrazo!

Que no sepan los daneses todo lo que eres capaz de hacer, que no sepan que te comunicas con los dioses para que salga el sol solo para ti, aunque lo compartas, que no se enteren que si quieres la ciudad amanece en calma… que no lo sepan… porque no te dejarían volver a casa…

Un abrazo muy fuerte, cargado de emociones y a flor de piel. Besos, besos.

Katre: no te preocupes, somos poderosos y podremos con ellos… pero q pereza! jajaja… Achuchon grandote!

Tegala: Eso eso, shhhhhh! Que no me dejen alli pq no hay jamon serrano!! mmmmm abrazos y besos, dulce merienda me llevo!

Tránsito: Me ha encantao!! Gracias! Me has hecho sonreir… :*

Gracias por el regalo de las fotos. Y como bien dices, mejor que no sepan el influjo que tienes sobre la ciudad, capaz de disipar nubes y hacer que brille el sol.
Abrazo…

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