….y solo la conozco de una tarde!
No sigo el orden cronológico de mis viajes, pero, hoy, que por fin he conseguido un ratito para escribir tranquila, lo primero que me ha dado ganas de contaros (por si alguien todavía no sabe qué hacer en vacaciones), es lo mucho que me gustó Ljubliana.
Sucedió como con los amores de verano, de manera fugaz e impulsiva. Fue el día más cosmopolita de mi segundo viaje de dos semanas trabajando por Europa (desayunar en Zagreb, almorzar en Ljubliana y cenar en Venezia), por tanto pasé en Ljubliana tan sólo unas horas. Sin embargo, simplemente cruzar la frontera y entrar en Eslovenia ya noté una gran diferencia.
Enseguida me recordó a Austria, posiblemente mi país europeo preferido (de los que conozco, claro). Pueblitos apiñados, casas pequeñas con balcones de madera llenos de flores, siempre una pequeña iglesia, en ocasiones tan pequeña que parecía miniatura. Hasta llegar a Ljubliana disfruté muchísimo del paisaje, verde hasta llenar la vista, acompañado de un cielo azul magnifico, con las debidas nubes para adornarlo.
Ljubliana aquel día estaba escandalosa por el partido de fútbol Eslovenia-Inglaterra; era impresionante escuchar la emoción y en griterío que envolvía la ciudad en oleadas. ¡Y eso que iban perdiendo! Las terrazas estaban llenas, la gente se sentaba en el suelo a emocionarse frente a enormes pantallas. Era genial!
Y mientras yo me dirigía a una cita de trabajo en la que me presentaron un café que marcó mi relación con Ljubliana:
Una sonrisa. Sin duda, Ljubliana es mucho más que eso. Una ciudad alegre, llena de historia, preciosa arquitectura, juventud, el correspondiente castillo con montaña presidiendo la ciudad, el río y los canales, agradables calles peatonales y mucho color.
El símbolo de Ljubliana, presidiendo las imágenes de este post, es el dragón presente en el puente principal, en honor al dragón que mató Jason en la ciudad, dentro de la leyenda griega de Jasón y los Argonautas. El dragón está presente en el escudo de la ciudad y también implantando conciencia medioambiental y enseñando a reciclar (creo que soy la única guiri haciendo fotos a los cubos de basura!)
Tras la conversación con mis colegas de trabajo sobre mi sorpresa ante Eslovenia, me quedó clara una cosa. Quiero volver, sin trabajo, para disfrutar del país. Es un país manejable (como Austria), que te puedes recorrer perfectamente estableciendo «campamento» en un solo sitio. Hay una ciudad animada y jovial, una costa preciosa, turismo de montaña, termal, cultural y rural (granjas incluidas), ¿qué más se puede pedir!?
Si tienes ganas de descubrir algo nuevo, ya lo sabes, ahí está Eslovenia, y vuelo directo a Ljubliana con Vueling desde Barcelona! 😉
Más sobre Ljubliana: Aquí y aquí.
Escuchando….
6 respuestas a «Me gusta Ljubliana»
Me lo apunto!! Qué bonito!!
Un abrazo.
🙂 Una joyita, como tu.
Achuchon grandote.
¡Yo también quiero iiiirrr!
Y ljubljana quiere conocerte Tongue!! Se que te encantará cuando vayas… :*
Achuchon!
Plenik era un genio. Dicen que esta ciudad es producto de su imaginación (construida).
Gracias por compartir tu sonrisa del café.
Gracias por ilustrarnos patritri, ya me contarás más cosas sobre Ljubljana pq no tenia ni idea. Beso tesoro!