«Time goes so fast every now is past…»
Image by Narunael
Hoy me reencontré contigo mientras ordenaba cajas y recuerdos. Allí estaban tus notas, aquellas cotidianas en las que nos pasábamos recados y otras de mayor simbolismo. Mientras me despedías de tu vida, dibujabas tus deseos de volvernos a encontrar una vez el tiempo nos ayudase a resolver nuestros conflictos. Yo sabía que no sería así.
En aquellos tiempos descubrí muchas cosas de mi, de tí, de los dos. Cuando un haz de luz te hace ver un nuevo camino, sabes que no vas a volver atrás. Yo buscaba y me exploraba en el color de mi pelo, en mis sentires, en mis rutinas y comportamientos, frente al espejo, como quien se mira por primera vez. Tú… No sé lo que hiciste tú. Percibí tus ecos, los reflejos subjetivos de lo que te ocasionaba mi presencia. Y así desaparecimos el uno para el otro, hace ya unos 5 años.
Hoy lloré por ti. Por tus intentos tardíos, por las palabras que no supieron nacer a tiempo, porque posiblemente te pedía demasiado, por tu sufrimiento, por los patrones viciados que nos consumieron. Lloré por el miedo a fracasar de nuevo, por el dolor que generé en tí y en otros.
Hoy aprendí de un gran hombre que solo guardaré los recuerdos que no duelen, retazos incluso de personas que ya no están en mi vida pero que dieron tanto de sí, tanto amor, tanta dedicación y tanta dulzura, que solo merecen un puesto de honor en la caja de zapatos con postales, piedras y muestras de amor pasados.
En la chimenea desaparecen palabras difusas que hoy no significan nada, mientras que anhelo tu felicidad donde quiera que estés.