La posteó Fire hace unos días, la habré escuchado en algún sitio más, y…. no puedo quitármela de la cabeza!! El video me hace reir, por su formato, la gente que se encuentra por la calle (como el hombre pulpo) y el bailecito con ellos… Además, ¿quién no ha pensado en decirle esto a alguien como Julieta lo hace? A los ojos, clarito… Eres para mí. ^.^
¡Feliz fin de semana Navegantes! Cómo va esa cuesta de enero? 🙂
NOTA: ¡Qué originales son los videos de Julieta Venegas verdad?!
Pensamiento Compartido esta semana con Océano Difuso y the frail... Sus post aparecerán en próximos días, ¿te sumas al pensamiento compartido?
compartir.
(Del lat. compartīri).
1. tr. Repartir, dividir, distribuir algo en partes.
Esta es su definición «oficial», no es mas que un término, una definición…. que incluso varía dependiendo del idioma que hablemos. Lo que implica compartir va más allá de las palabras… Es dar de lo que tienes, de aquello que te importa, de la forma más bella…
Cuando compartimos somos generosos, no escatimamos nuestros recursos, y a veces estos pueden ser muy sencillos: simplemente compartir un poco de tiempo con alguien para escucharle puede ser el mejor regalo en un día gris.
No caigamos en el recelo y la desconfianza, compartamos lo que tenemos con quien consideremos que lo merece, y si el azar nos traiciona y alguien nos demuestra no ser merecedor de nuestra generosidad, sabremos ya a quien no deseamos tener a nuestro alrededor.
Un caramelo, un trozo de bocadillo, unas palabras, una manta, un momento especial, un paseo, una confidencia, una mirada cómplice…. Podemos compartir tantas cosas!
Y… cuando das de lo que tienes, ¿qué puedes perder? 🙂
Desde que he descubierto esta canción, hace unos días, no puedo dejar de tarearla y cantarla… En el coche, en el trabajo, por mi casa… Y no puedo evitar sonreir y que su ritmo me invada, además de cautivarme su letra completamente.
No había escuchado Deluxe hasta ahora y estoy bien contenta de mi nuevo «descubrimiento».
Siempre, siempre buscando fotos del mañana
que acabarás olvidando por ser de ayer.
Bebe, bebe las gotas que caen hoy de esta rama
y fíjate bien para no caer.
Y si miras, si miras hacia arriba,
ten cuidado, puedes tropezar y te puedes caer.
El sol, el sol sale para todos, el sol sale para todos, y para todos se oculta también.
Si, ay, si te quedas, si te quedas un rato esperando,
verás que vuelve a amanecer.
Y si miras, si miras hacia arriba,
ten cuidado, puedes tropezar y te puedes caer.
Y si miras, si miras hacia abajo,
ten cuidado, el vértigo de los días pasados.
(bis)
Morir es aprender a esperar
y vivir, vivir es aprender a ver en la oscuridad.
Ya hemos hablado de enero, de los comienzos, de los descubrimientos…. hace algo más de tiempo hablamos también de los limites, de los miedos,…. Y esta semana vamos a reflexionar más (ya lo hicimos en su momento) sobre el poder de estas 3 palabaras: ¿Por qué no?
A menudo, sumidos en la corriente, no nos damos cuenta del origen de muchos de nuestros comportamientos. Nos limitamos, nos censuramos y frecuentemente sin saber por qué. Bien por algo preestablecido, bien por costumbre, bien por miedo a equivocarnos, o por miedo a salirnos del camino marcado….
El caso es que ante esa posibilidad, ante esa duda previa al momento de una decisión, es cuando debería aparecer en nuestra mente esa pregunta….. ¿y por qué no lo voy a hacer? ¿por lo que piensen de mi? ¿por miedo a equivocarme? ¿por costumbre? ¿porque lo hace todo el mundo?…. Tú mismo tienes las respuestas a tus preguntas…. Cuando te escuches lo sabrás. 🙂
Ten en cuenta también que solemos arrepentirnos más de lo que no hemos hecho que de los pasos que no debimos de dar en su momento. Todos sabemos lo que escuece por dentro el pensar: ¿qué hubiera pasado si…? y no tener la ocasión de comprobarlo, palpar la imposibilidad de volver atrás para coger un tren que ya se ha marchado.
Cuestiónate a ti mismo, mírate fijamente y atrévete a vivir.
Y encontraréis un poco de mí en esta canción, a la que incorporo la letra y traduzco bajo petición….
Sales a la calle y te arrolla una multitud efervorecida por el consumismo, por comprar regalos estandarizados, sentimientos envasados con lazos y brillos, compromisos en bellos envoltorios, cinismo maquillado de generosidad… Y tu cara adquiere una mueca de asco mezclado con sorpresa (es verdad, todavía es «Navidad»…).
Miras al cielo y te das cuenta que tras días revoltosos, lluviosos y melancólicos, el cielo luce un azul envidiable, manifestando su belleza de manera abrumadora, proclamando a los cuatro vientos las ganas de brillar. Y tu mueca se difumina mientras te dejas acariciar por el sol y percibes los matices de la temperatura en tu piel, diseccionas los sonidos que envuelven, extrayendo los cantos de los pájaros de las bocinas de los coches, el crujir de las hojas bajo tus pies, de las conversaciones alborotadas, el ritmo de tu respiración, de las melodías aburridas y repetitivas de los comercios. Inspiras profundamente…
Y sonríes victoriosa al darte cuenta que no has caído en la corriente, que el sol sigue brillando, como lo hará la próxima semana, y que simplemente, este mundo va…
El tiempo pasa y no de largo
y hay quien no se entera que somos los mismos envueltos en novedad.
(…)
Porque en un mundo que va
a la velocidad del rayo
aguanto el vuelo más si me agarro de tu mano
acompáñame hasta donde pueda llegar
en este mundo que va
como la luz del pensamiento el mérito está en no quedarme en el intento
y aunque no lo quiera ¿ Que duda cabe ya ?
Que este mundo va
Me primavero y me otoño
me estío y me invierno
me adapto con serenidad…
Dáme al menos dos oportunidades
y tus ojos me verán crecer
dáme al menos un par de posibilidades…
El 2007 toca sus últimos acordes, y aun sin querer caer en las palabras tópicas, es imposible no sentir la melancolía que siempre he sentido en ese último día del año, en el que palpo con tanta intensidad el transcurso del tiempo, escurriéndose entre mis manos.
Ha llegado la hora de inspirar profundamente lo que nos queda de año, de mirar retadores al año que se nos plantea por delante y comenzar con ganas, como deberíamos comenzar cada nuevo día.
Haz balance, piensa en todo lo que has aprendido, vivido, sentido, sufrido, reido, saboreado, experimentado… Todo aquello que inconscientemente no sabías que tenías por delante hace exactamente un año. Deja caer la arena del tiempo escurriéndose entre tus manos y quédate con esas conchas que valen la pena, esas piedras pulidas tan bellas, las caracolas que te cuentan secretos solamente a ti… y deja caer lo demás, sintiendo tanto la caricia como el arañazo de la arena, y sumergiendo las manos en el agua para curar las posibles heridas.
Cierra ya la puerta, abre la ventana y siente el aire fresco de lo nuevo haciendo cosquillas en tu rostro y despertando las sonrisas dormidas.
Mira al horizonte, donde se funden cielo y mar, donde se refugian los lugares que no conoces, donde todavía tus pies desean explorar, y sigue tu camino.