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Batallando con el mundo Desde mis Brumas

Daniela

«Cariño, tengo que decirte algo. Daniela ha fallecido».
Después, mi incredulidad, mi dolor, mi frustración.
Daniela era la camarera de nuestro bar favorito cerca de casa. Acabamos entablando amistad tras ir regularmente a cenar allí y nuestra amistad se limitaba al bar, pero estaba para ambos llena de afecto. Daniela era una chica rubia, simpática y alegre. Echaba regularmente la lotería porque sabía que un día le iba a tocar. Siempre le tocaban pequeños premios en los rascas y se podía ver en sus ojos su fe y su ilusión. Hace poco fue tía en la distancia; es uruguaya y toda su familia está en su país. Excepto Marcelo, él vive con ella. Llevaban 10 años juntos. Él tiene el video club junto al restaurante. Ahora allí hay una foto de Daniela y velas.

Aún no puedo creérmelo. Daniela murió el sábado por la noche en el camino que recorrimos nosotros de vuelta a casa, después de cerrar el bar. Iba con dos compañeras, una de ellas está muy grave. Hubo un choque frontal con un coche que adelantaba e invadía el carril por el que ellas conducían. ¿Creeis que esa persona inconsciente irá a la cárcel? ¿Hay alguna manera de pagar la muerte de Daniela?

Tenía mi edad, alegría y una capacidad de trabajo inmensa. Generosa y ante todo, una gran persona, bella por dentro y bella por fuera. Aunque nuestra amistad fuese superficial, como quizá la de otros clientes del bar, duele dentro. No quiero ni imaginar cómo estará Marcelo.

Nosotros hicimos el mismo camino, ¿y si hubiera sido al revés? Curiosamente, ayer le decía a mi pareja que la vida es un minuto, que nunca sabemos lo que puede pasar y por eso siempre intento aprovechar cada instante con los míos. Decir lo que siento, demostrar mis sentimientos. Él no podía dejar de pensar en otra cosa hoy cuando se enteró de la noticia y espero a encontrarse conmigo por la noche para decírmelo.

La vida es un instante. Podría haber sido yo, o peor aún, nosotros.
Por eso cada segundo consciente no tiene precio.

5 respuestas a «Daniela»

Es así: la vida son dos días, y hay que saborearla en cada momento. Es el único grande viaje de sola ida que nos han regalado.
Daniela R.I.P.

Esas pérdidas no dejan sin aliento y sin respuestas. Son injustas, no podemos comprender como puedes estar lleno/a de vida y un segundo después todo acabó para siempre.
La irresponsabilidad de algunos rompen vidas y lo peor es que no pagaran por ello.
Yo también perdí a una buena y querida amiga en la carretera. Los «asesinos» eran reincidentes.

Un gran abrazo y mi energía.

Gracias por vuestra energía, chicos. :**
Cuando la desgracia pasa de cerca te deja sin aliento; parece que son las persona que menos lo «merecen», personas que irradiaban de energía positiva su alrededor. En fin, yo la llevaré en mi mente y cuando se me deje de encoger el corazon la recordaré con una sonrisa, como siempre que nos veíamos. 🙂

En fin…
que las desgracias sean un trampolín para que seamos felices por ellos y por quienes nos dejan…
Nos ha tocado vivir algo similar juntos
So… look at the front, and go ahead
for you… and them

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