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Si tuviera que elegir un término para denominar el modo de vida que percibo en la sociedad actual, posiblemente sería Individualismo. Nos movemos en nuestro entorno, hacemos nuestra vida y creemos que todo lo que sucede dentro de nuestra burbuja es lo importante (y en efecto así es, para nosotros).
En estos días he escuchado bromas haciendo referencia a la catástrofe de Haití; he cambiado de canal; me he sentido mal simplemente imaginando por un instante un ápice de lo que pueden estar viviendo en ese infierno en la tierra. Y me pregunto, ¿es supervivencia mirar para otro lado cuando la desgracia nos sobrecoge? ¿Estamos vacunados contra la catástrofe ajena?
Sinceramente yo pienso que sí. Hace unos años, recuerdo mayor impacto social cuando el tsunami asoló Bali que tras el terremoto de Haití. Cada día que pasa escuchamos decenas de muertos en Oriente Medio, en África, en Sudamérica, en nuestros mares. Nos quedamos inmunes a la desolación mientras continuamos con la vida dentro de la burbuja y nos lamentamos por no encontrar el verdadero sentido de la vida (y esto aquellos que aun son (somos) conscientes de su existencia y no viven en una espiral de consumismo vital).
Cuando tus hijos se mueren de hambre, cuando cada noche te duermes con miedo a no amanecer, cuando te rodea la miseria, no tienes tiempo a encontrar el sentido de la vida. Somos los niños malcriados del planeta. Aquellos que cada día deberían dar gracias por haber nacido simplemente un poquito más arriba que otros.
Es inevitable. Si viviésemos ajenos a los medios de comunicación, aquello que tendría impacto en nosotros sería lo que nos afectase directamente (desastres naturales, enfermedades, falta de recursos…). Así ha sido durante cientos de años. Cada uno debe digerir su propia desgracia y relativizar sus propias circunstancias. Tu entorno y lo que en él suceda es aquello que repercute en ti. Es en ese ámbito donde puedes hacer grandes cosas. Escuchar. Comprender. Abrazar. Aportar. Ayudar.
Desde ese entorno y la interrelación con otras «burbujas» es posible repercutir en la burbuja exterior, tan inmensa para nosotros, tan ridícula para el universo. Pequeñas gotas de agua desembocando en un océano. Aparentemente insustanciales, esencialmente imprescindibles. No hay océano sin gotas.
Piensa Globalmente. Actúa localmente.
«…Y que le voy a hacer si yo, no quiero que el oceano sea tan profundo
Y que le voy a hacer si yo, de pequeño encontre la fuerza de mi mundo
Y que le voy a hacer si yo, si yo pienso que ellos y nosotros sumamos uno
Que le voy a hacer
Y es que gota sobre gota somos ola que hacen mares
Gotas diferentes pero gotas todas iguales
Y una ola viene y dice
Somos una marea de gente todo diferente remando al mismo compas
Y es que somos una marea de gente todo es diferente remando al mismo compas….»
6 respuestas a «Individualismo»
Eso es cierto..somos individuos, como tal nos creemos individuales y eso nos lleva a un egoismo absoluto, y hoy más que nunca..
Muchos hacen y actúan, no por el hecho de ayudar en sí, sino por el obligado reconocimiento..y si, cada día..+ egoismo.
Yo no entiendo como podemos ver lo que vemos en los medios sobre tragedias, guerras, etc, y a la vez, ver como donan dinero a gente que le sobra…tanto importa lo que hablen los demás acerca de nosotros??..Deberíamos darnos cuenta que sí, somos individuos..pero no estamos solos y que como dice Macaco, aunque distintos, todos somos iguales.
Un beso cariñoso Bruma, eres grande! tus posts lo confirman.
La costumbre a las noticias y las crueldades del mundo es algo terrible, comparable a lo que se siente caminando por las calles de Madrid, cuando no le prestas atención a nadie por cruzarte con tantas personas que piden tu ayuda (aunque en este caso, entre ellos, hay impostores, no así en Haití)
Es terrible… pero todos podemos hacer algo, y ser ese cambio que queremos ver en el mundo.
Un abrazo
Creo que nos estamos haciendo inmunes a las desgracias ajenas, las vemos y oímos todos lo días y «nos entran por un oído y nos salen por otro» precisamente porque no entendemos el sufrimiento. Somos como tú dices, los niños mimados, egoístas y egocéntricos. No hay más drama para nosotros que el de no poder comprar la ropita de última temporada o el último videojuego… Nunca hemos sentido miedo de verdad, nunca hemos pasado hambre… pero eso no nos debe hacer insensibles…
Un abrazo.
Estoy de acuerdo contigo Bruma!
Tienes toda la razón del mundo. Es triste, pero es así. Parece que como cada uno no puede hacer nada desde casa, miramos a otro lado sin más.
No nos damos cuenta de lo privilegiados que somos por vivir como lo hacemos.
Deberíamos concienciarnos de que tenemos la OBLIGACIÓN de CUIDAR todo lo que nos rodea, tanto lo material como lo humano. Creo que si no lo hacemos, nuestros nietos no podrán llegar a vivir aquí (ni querrían hacerlo…)
Me gusta tanto leeros… tanto en las escasas pausas del trabajo como cuando llego a casa y puedo contestar tranquilamente antes de dormir…
Gracias por vuestro feedback. Hoy mas que nunca, me encanta.
En primer lugar, no pretendía que el post fuese una moralina sino una reflexión sobre la raiz del individualismo. No creo que sea malo que nos protejamos de ver cosas horribles. Se me saltan las lagrimas cada vez que veo las noticias (y mas con el sensacionalismo patente en muchas noticias) y como no me proteja voy a estar triste mas veces de las que quiero.
Una vez más, ahí esta el equilibrio, entre la consciencia y el pasotismo ante nuestro entorno hay un punto medio, y ese camino que empieza en lo que tenemos cerca, como dice Katre, en la gente del metro (q tb se me vino al a cabeza al escribir el post).
Sarita: No estamos solos…. Tu me lo haces sentir tantas veces! Gracias por tu cariño, eres un tesoro metidito entre brumas.
Katre: Estoy contigo. A veces es simplemente comprender a quien está en la calle, no volver la mirada, y entre tanta mentira y mezquindad, encontrarse frente a frente con la humanidad (y el desconsuelo). Seguro que tienes muchas historias en esa gran ciudad…. Un abrazo, bro. Lov u.
Tegala: Decía en el post que somos afortunados aquelos que al menos somos conscientes de lo que nos rodea. He visto a mi jefe hablar con una sonrisa de «es que pobre gente, parece que siempre pasan estas cosas en esos paises». Me sentí ofendida aunque no había maldad en el comentario ni la persona. Empatía cero, eso si. Y más cuando sucedió muy cerca de donde la empresa donde trabajo tiene negocios (y cientos de trabajadores). En fin…. De nuevo, individualismo y a hacer en funcion de nuestros principios. Un abrazo inmenso.
Tronan: axó m’agrada moltisim….
Ester: Me han gustado tus dos palabras destacadas. Es un Deber para nuestro planeta. Somos como los niños malcriados faltando al respeto a sus padres….
Te abrazo estercita. :*