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Brida

Llegó a mí de manos de mi gran amiga W, con esa dulzura carácterística:
«Toma, lo encontré de nuevo y te va a gustar, léelo… Está un poco roto y se le caen las páginas, tiene muchos años ya…»

Cogí el libro con mis manos y percibí todo lo que había vivido; lo leí incluso en páginas tan transparentes que rozaban lo críptico, mezclando las líneas de una página con las traseras; y encontré pequeños tesoros en él. Lo que te dan con amor y generosidad siempre trae grandes cosas positivas…

Entre otros momentos de la lectura que quizá requieren del contexto para saborear, he seleccionado 2 fragmentos exquisitos. He de decir antes de nada, aunque casi nunca hablo de religión, que no soy católica, no creo en el Dios preestablecido, pero sí en el concepto de Dios, que para mí es La Vida, con lo cual las referencias a Dios tienen para mí ese sentido.

Una vez realizadas las aclaraciones… comparto este pequeño tesoro con vosotros… 🙂

«…Entonces enséñame a rezar, por favor.
El Mago se giró directamente hacia el Sol y cerró los ojos.

– Somos seres humanos y desconocemos nuestra grandeza, Señor. Danos la humildad de pedir lo que necesitamos, Señor, porque ningún deseo es vano y ningún pedido es fútil. Cada cual sabe con qué alimentar su alma; dadnos el valor de contemplar nuestros deseos como venidos de la fuente de Tu Eterna Sabiduría. Sólo aceptando nuestros deseos es como podemos tener una idea de quiénes somos, Señor. Amén.
Ahora es tu turno.- dijo el Mago.

– Señor, haz que entienda que todo lo que me sucede de bueno en la vida es porque lo merezco. Haz que entienda que lo que me mueve a buscar Tu Verdad es la misma fuerza que movió a los santos, y que las dudas que yo tengo son las mismas que los santos tuvieron, y que las debilidades que siento son las mismas debilidades que los santos sintieron. Haz que yo sea lo suficientemente humilde como para aceptar que no soy diferente de los otros, Señor. Amén.

Quedáronse en silencio, mirando la puesta de sol, hasta que el último rayo de aquel día abandonó a las nubes. Sus almas rezaban, pedían cosas y daban gracias por estar juntas.»
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Imagen, libro de Brida, by ceciliamatax

Mi Fragmento favorito:

«Nunca dejes de tener dudas. Cuando las dudas dejan de existir, es porque paraste en tu caminata, Entonces viene Dios y lo desmonta todo, porque así es como Él contro la a sus elegidos, haciendo que recorran siempre, por entero, el camino que precisan recorrer.Él nos obliga a andar cuando paramos por cualquier razón, comodidad o pereza, o la falsa sensación de que ya sabemos lo necesario.
Pero vigila algo: jamás dejes que las dudas paralicen tus actuaciones. Toma siempre todas las decisiones que necesitas tomar, incluso sin tener seguridad o certeza de que estás decidiendo correctamente. Nadie se equivoca cuando está actuando, si, al tomar sus decisiones mantiene siempre en mente un viejo proverbio alemán que la Tradición de la Luna trajo hasta nuestros días. Si no lo olvidas siempre puedes transformar una decisión equivocada en una decisión acertada.
Y el proverbio es éste: el diablo habita en los detalles.«

6 respuestas a «Brida»

El primer parrafo me recordó a algo que dijo Galeano:

«La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.»

Me alegra, sinceramente, encontrar a personas como vos en el viaje.
Un abrazo, desde los claros…

Carla, eres un tesoro, gracias por decirme esas cosas preciosas…. Eres Grande.

Blasfuemia, a mi también es lo que más me gusta. Cuestionarse es muy positivo.

W, compartir contigo es tan bonito…. 🙂
Te Quiero, pequeña.

Fire, gracias a ti por leerlos y por hacerme sentir siempre acompañada.

Un abrazo enorme. 🙂

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