Y hoy que hace un mes que no publico nada me dije: ¡No esperes mas! Así que aquí estoy tomando un té contigo de nuevo, por breve que sea. Siéntate anda y escucha caer a lluvia… Parece que nos vamos a volver nadando…
Los días pasan veloces, ya hay turrones en las tiendas y vuelven los ciclos y las espirales a girar y girar. Irremediablemente me veo sumida en ese vals, tratando de aferrarme a mi consciencia y a mi presente, intentando no correr más que el tiempo de arena que se desliza por mis dedos. Cada día, un agradecimiento, estonosepara.
El tiempo me lleva y me trae. Ha pasado un mes y en ese mes destaco una visita deseada, luchando con dar todo lo que puedo y aceptar que no podemos hacer más que lo que está en nuestra mano, que las riendas de la vida están en las manos de cada uno de nosotros, por utópico, «difácil» o surrealista que pueda parecernos, así es, siempre hay cosas que elegir. Compartir, disfrutar, por breves que puedan ser los momentos.
Semanas de sensibilidad, empatía, fragilidad de causas desconocidas. Quizá a la vez que caen las hojas, de vez en cuando caen nuestros escudos y defensas, casi sin darnos cuenta, y nos coge el frío. Y cuando una está débil y temblona, ¿no se sienten las cosas un poco más intensas? No parece que menguas y casi te absorben las montoneras de hojas de otoño entre los pies?
Semanas de esfuerzos y luchas, compensados con momentos dentro del caparazón, pocas ganas de socializar con otros y muchas conmigo. Este es un año raro, va a ser que sí, pese a que yo le agradezca tanto. Corren tiempos tristes que empapan el corazón; toca ponerse las botas de agua, el chubasquero y prepararse para pisar todos los charcos que nos quieran poner por delante.
Semanas con una perlita dentro, una escapada a una ciudad fascinante que reflejaré pronto en mis imágenes y que yo conservo tan urbana y repleta de vida, palpitante y llena de color pese a su fama de ciudad de brumas y misterios.
Poco a poco llegaré a organizarme para escribir periódicamente sin que se me caigan tantas hojas. A todo se aprende, a hacer sin hacer, a dejarse llevar, a aceptar las limitaciones… Y mientras aprendemos, la vida es tan maravillosa como despiadada; los árboles se van desnudando y las castañas perfuman las calles.
4 respuestas a «offline»
Jardinera de mis entretelas, ¡qué rico me supo ese té y qué reconfortante leerte de cara a los fríos que acechan! Como siempre dejas un jardín, aunque en este caso esté lleno de árboles que pierden sus hojas. Les toca mudar para florecer después 😉
Besos
Te mando besitos de mariposas que son suaves y sencillos, para que te saquen sonrisas.
Fluye, fluye la vida y yo aquí…en sandalias y sin aliento…con vértigo y sonrisa.
Un abrazo lento.
Disfruta de cada día y de cada situación, porque todas traen enseñanzas, aprendizajes y des-aprendizajes.
La tetera está lista pero no tiene prisa.
Abrazos ya de diciembre