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Hay momentos en la vida en los que, en pequeña o mayor magnitud, por mucho que hemos peleado, anhelado, visualizado y confiado, no conseguimos aquello que queremos.
En ese momento, puede serla rabia la que tome el timón, la frustración se torne en forma de lágrimas, y ambas nos revuelvan por dentro ante aquello que se escapa de nuestro control.
Cuando sabes luchar, pelear y dejarte la piel por aquello que quieres conseguir. Cuando tienes fe, ilusión y optimismo en la vida, saber perder se vuelve fundamental.
Aferrarte a esa fe, esa razón por la cual no lo has conseguido, que ahora no entiendes, pero algún día quizá entenderás.
Levantarte y continuar caminando, mientras la herida se seca al aire y las lágrimas al viento.
Como las valientes.
7 respuestas a «Saber perder»
Mientras que leía tu post me ha llegado tu mensaje por twitter, me gustan esas casualidades!!
Y también me gusta lo que transmites hoy, que importante y dificil es saber perder, y darte cuenta que tienes que seguir dandolo todo en la siguiente batalla.
Mi momento ahora pasa por levantarme de nuevo,y me han llegado tus palabras.
Un Enorme Abrazo!!!!
Hay que saber perder para poder saborear la victoria, sin ello, no sabremos discernir el día en que ganemos…
Un abrazo enorme
Creo que KATREyuk tiene toda la razón. Sea cual sea la la decepción o la pérdida, espero que encuentres las fuerzas para levantarte más sabia y fuerte.
Un abrazo.
Me ha gustado compartir contigo tu emoción. Disfrutare de tus palabras y tratare de llevarlas dentro para, como dice Manolo García «guardo en un bolsillo el sabor de las naranjas».
Un abrazo
Cuánta razón tienes Bruma, y te lo dice alguien que estuvo cerca de un año enfadada con la vida! Ahora, pasado un tiempo, he entendido que el error era desear algo que no era para mi, así que he dejado de verlo como una pérdida o una derrota.
Como dice Serrat: «Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio»
Abrazos en pie
Coincido plenamente contigo… esta semana, mi hija (que para según que cosas no la acompaña la suerte) suspendió por cuarta vez la teórica de conducir y de las 4 veces que suspendió tres, suspendió con 4 fallos cuando para aprobar sólo puedes tener 3. Un fallo es la diferencia para alcanzar su dicha.
¿Y sabes qué es lo que más me cabrea?, que cuando se entera quiere arrojar la toalla. Es con la rabia, claro, porque luego lo piensa razonadamente y sigue porque sólo consiguen las cosas aquellos que luchan, como ella.
Se pregunta Por qué, por qué no lo consigue muchas cosas a la primera, como los demás, y yo le digo que no se preocupe, que así la via (que siempre es jodida) la pillará más preparada porque los fracasos curten mucho ¿verdad?
biquiños,
p.d.: a mi hija le encanta Vetusta Morla así que vamos a quedarnos un rato escuhándola, está a mi lado ahora mismo.
Como las valientes. 🙂