
Llega la hora de soltar los lastres, dejar caer las cosas de tu vida que no quieres y tomar las riendas entre tus manos. Tu mochila ya no pesa… el sol luce en el cielo, como lo hizo ayer, como lo hará mañana, sin embargo hoy brilla más que nunca, porque tus pies están en el Hoy.
Acaricia a ese caballo que te llevará por la Vida. Sera como tú lo dibujes: blanco y esbelto, marrón y robusto, negro y salvaje…Mírale y agradece lo que hará por ti. Dale de beber, báñale antes de partir y llévate azucarillos para el camino; no son necesarios, pero le harán sonreir.
Coge tu equipaje, lo más ligero posible, no olvides el agua, y contempla la perspectiva:
Tú, el Camino, tu caballo, y las riendas en tu mano, firmes pero no tensas, dispuestas a indicar a tu corcel cualquier cambio de rumbo.
¿Sientes el poder de la Voluntad? Iras a donde tú quieras: por el sendero, o galopando por el valle, o por la ladera de la montaña hasta la cima, o a la vera del río, o junto a los acantilados, donde el viento canta a la Vida bailando con el mar.
Tú decides tu paisaje, tú diseñas la ruta, está en tu mano si galopas como un aventurero, si trotas alegremente o si vas al paso, saboreando cada rincón de tu entorno. Siente la caricia de la responsabilidad entre tus manos, sé dueño de tus errores, disfrutando tus victorias,tus momentos de grandeza, todo esto que tienes, Hoy.
La vida es eso que pasa a tu alrededor mientras esperas llegar a algún sitio; así que, toma las riendas y disfruta tu camino!