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De todo un poco Retazos

Hodler

Hace solo una semana estaba pisando el suelo de París, ciudad de la que os hablaré pronto y que me ha cautivado para siempre. Uno de los momentazos del viaje fueron las 6 horas que pasamos en el Musée D’Orsay, de pintura y escultura, principalmente conocido por su colección impresionista y post-impresionista.

Allí, entre Van Gogh, Renoir, Gauguin, Degas, Monet… disfruté como una enana, maravillándome con los trazos, las texturas y la magia que emana de muchos cuadros.

«Casualmente», me encontré con una exposición temporal de un artista que no conocía (cuanto me queda por aprender!), Ferdinand Hodler, y me fascinaron muchos de sus cuadros. En el circuito de la exposición, ibas viendo los paralelismos de su vida y evolución personal con su obra, de una manera muy notable. Me recordó a mi admiración por ese aspecto en la obra de Van Gogh (y sus ultimos cuadros que definen tanto su agonía con esos cielos oscuros llenos de cuervos, sobre campos de trigo).

Me gustaron mucho los cuadros sobre la muerte, la manera natural de afrontarla, aun habiendo perdido a sus dos esposas; los cuadros sobre la armonía con la Naturaleza y la Vida, en estado puro. El cuadro más conocido es La Noche, repleto de simbolismo, como tantos otros, con tanto significado… Pero uno de los que mas me gusta a mi es este que sigue, Comunión con el Infinito, que me transmite serenidad y conexión con la naturaleza.

comunion-con-el-infinito.jpg

El caso (y el motivo inicial para este post) es que al final de la exposición estaba la cita (correspondiente con el final de su vida), que copié en mi libreta y me encantó por resumir de esa manera el amor por la vida. Os la dejo, en este domingo artístico lleno de vida, cielos que observar, palabras por decir y millones de sensaciones rodeándonos, ansiando ser percibidas.

«Si tuviese todavía cien años por vivir, continuaría exprimiendo los acordes, la harmonía de la humanidad. Aquello que nos une es mas grande que lo que nos divide. He traducido (resumido) mis simpatías: una rosa, el sonido de un órgano. El arte nos une. Vive el arte.»

«Si j’avais encore cent ans à vivre, je continuarais à exprimer les accords, les harmonies de l’humanité. Ce qui nous unit es plus grand que ce qui nous divise.
J’ai traduit mes sympathies: une rose, un son d’orgue. L’art nous lie. Vive l’art»

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Articulo del museo sobre Hodler

2 respuestas a «Hodler»

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