Malos momentos vividos, situaciones que no nos atrevemos a enfrentar, inseguridades, miedos, complejo de culpa, pensamientos negativos, lastres, sentimientos reprimidos,….
Día a día, paso a paso, vamos echando nuevas cargas en nuestra mochila. A menudo nos acostumbramos tanto a llevar estas cargas que creemos no notarlo, y vamos llenando más la mochila.
«No pasa nada,» pensamos, «puedo con el peso, soy fuerte :)»
Pero a menudo ni nos damos cuenta de cómo repercuten estos pesos sobre nosotros. A menudo nos olvidamos que solo tenemos un cuerpo y que cuando este «se rompe» no suele tener un arreglo tan fácil como cuando sustituimos las piezas del motor de un coche. No somos máquinas.
Puede que hoy no nos pese la mochila, nos queda mucho camino por delante, pero, quién sabe cuál será la última carga que llevemos hasta notar que la mochila puede con nosotros y nos caigamos al suelo.
Date la vuelta, abre la cremallera y mira lo que llevas, solo tú lo sabes. Es curioso comprobar como lo que tenemos tan cerca y tan dentro es lo que nos parece más lejano.
Pregúntate: ¿Realmente me hace falta esto? ¿Y eso otro, para que lo guardo?
Haz limpieza (como quien limpia su casa, no lo demores) y sigue tu camino sin pesos innecesarios, libre, dirigiéndote hacia Lo Que Tú Quieres.
«El cuerpo se encarga de decir lo que la palabra no alcanza»
Isabelle God
6 respuestas a «La Mochila»
No se muy bien que decir, ante todo que tienes toda la razón, toda. Me quedé sin palabras.
Ése es un ejercicio que deberíamos hacer cada poco tiempo, porque como dices, un día el peso de esa mochila en la que parecía no haber nada, nos vence y nos hace caer y solo entonces, hacemos limpieza y nos damos cuenta de la cantidad de cosas inútiles y dolorosas que llevábamos en ella. Pero tal vez el ser humano sea así, le haga falta caer para darse cuenta de que hay otro camino.
Un besote!!
Esta última frase creo que lo ilustra perfectamente. Tienes razón, no vemos lo que llevamos hasta que no nos giramos y abrimos la cremallera…
Gracias por el ocnsejo…un besazo 🙂
Que pedazo de frase Bruma…
Efectivamente aveces es el cuerpo el que te da un aviso…y en ese preciso momento te das cuenta de que tienes k cambiar algo en tu vida….k en definitiva es aligerar peso de la mochila…
ando visitandote a trompicones…aun me keda un post tuyo por ver…preo no te preocupes k todo se andará…
un besazo niña…
Ojo con los avisos del cuerpo…
A veces cuando avisa ya es tarde para repararlo…
Un abrazo Fire, y no te preocupes, q ando muy activa ultimamente. 🙂
Gracias por seguirme