Son tantos los muros imaginarios construimos a nuestro alrededor que a veces nos olvidamos de las posibilidades con las que contamos. Disfrazamos de seguridad el «conformarnos» y nos olvidamos de mirarnos al espejo.
Quien eres, cómo sientes, por qué haces eso. Mirarnos con el amor que miramos a los que queremos, con sinceridad, comprensión y alegría.
La consciencia es el punto e partida hacia el fascinante viaje hacia la responsabilidad personal. Llevando las riendas de tu vida puedes caerte alguna vez, pero también cabalgar hasta quedar sin aliento, llevarte a tus lugares favoritos, disfrutar de las vistas del camino, y del destino, por supuesto.
Ni blanco ni negro, ni todo o nada. Poder elegir desde ti mismo es un don que olvidamos.
Valóralo, ejércelo, disfrútalo.
3 respuestas a «El regalo de elegir»
Gracias Bruma, el universo es maravilloso, por que sin darse cuenta responde a tus preguntas…. Hoy me has ayudado.
Un abrazo.
Tienes razón que debemos de valorarnos primero nosotros, y creer en uno mismo. Con esa seguridad puedes coger, como bien dices, las riendas y tirar para delante 🙂
La responsabilidad y la conciencia implican asumir que no vas a poderle echar la culpa de tus caídas a nadie, pero esa aceptación es el primer paso para no volver a caer!
Abrazos valientes y conscientes