La conocemos como la Mujer Sonriente, ha ideado la palabra Nchi y nos ha hecho sacar de cada día, ese momento especial que merece la pena. Siempre, por muy malo que haya sido el día, he encontrado un momento nchi que compartir con ella y con sus lectores.
Nos hace ver un lado sonriente de la vida, plantando cara a los malos momentos con valentía, sin caer en la cursilería, y luciendo la bandera optimista de quien ama la vida.
Da tanto que a veces se queda sin nada, en sus colores, busca un camino para sentirse completamente Ana, sin lastres ni pesos en la mochila.
Hace poco un año tuve el placer de conocerla en persona y fue para mí un momento increible, encontrarme cara a cara con la persona a la que leía desde hacía meses.
Sin saber porqué, confié en ella sentimientos que no había volcado y encontré una comprensión inesperada.
¡Qué bonito es cuando dos familias rotas pueden unir a dos personas! ¿No es una buena muestra de que todo lo malo nos deja restos que dan lugar a cosas buenas?
Por eso, ahora que me he pasado «al otro lado», puedo decir a voz en grito, por si ella no lo sabe, lo GRANDE que es nuestra Anita, y lo mucho que nos regala cada día.
FELIZ CUMPLEAÑOS, ANA.
Que este año sea el año azul que tanto ansías, que te traiga un camino lleno de luminosas baldosas amarillas por el que te dirijas a una nueva parte de ti, sana, completa y feliz.
Gracias por todo lo que nos das, y por ser como eres, sin planificación alguna.
Te Quiero.