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Batallando con el mundo

Pura Vida

Cuando te preguntan eso de «definete en 3 palabras» la primera que se me ocurre y que veo más ajustada a mi es VITAL. Me gusta la vida y la valoro como un regalo, disfrutando al máximo de las pequeñas cosas y tratando de relativizar en lo posible los malos momentos.

Por eso, me da tanto coraje encontrarme con muestras de soledad y desprecio de la sociedad, como me voy encontrando buceando por blogs desconocidos. Sinceramente, no puedo quitarle razon a que una inmensa mierda nos rodea, la autenticidad cada vez está más ausente y el individualismo extremo nos hace ir a nuestra bola constantemente, sin prestar atencion y sin que nos importen un mínimo las personas de nuestro alrededor.
Si alguien se esta muriendo en una esquina ya no nos importa, no respondemos ni a la amabilidad de los pobres negritos que se ganan la vida vendiendo pañuelos y siempre tienen una sonrisa para ti, incluso en nuestro entorno de amistades y familiares…. ¿nos importan realmente los demas? Me refiero a importar de verdad, del día a día, haciendo saber que estás ahí, que escuchas o que comprendes, sin juzgar.

¿A dónde nos dirigimos así?

En un mundo así, comprendo a quien dice que esta «rodeado de mierda y conformismo»… Pero, de esa manera, se está olvidando de las personas que verdaderamente se curran el día-a-día y con lo poco que tenga, VIVE. Se está olvidando de la inocencia de los niños, de esas pequeñas cosas que pasan desapercibidas, de lo bien que sabe una hamburguesa, o de lo agradable que es el sol en invierno.

Ya lo comentaba en un post pasado, ACTUA LOCALMENTE. Podemos utilizar el individualismo que nos rodea para no entrar en la dinámica de falsedad, y basura que tan presente está en la sociedad actual.
Si en la tele no echan más que bazofia, no pierdas el tiempo, apágala y coge el libro que está repleto de polvo en la estántería.
Si las personas que te rodean no te dan lo que quieres, tómate un tiempo para pensar si realmente sabes lo que quieres, si no te pueden valer esas personas aun con lo «poco» que te dan, y respétalas como son (la manía que tenemos de querer cambiar a la gente); y sino te interesan, puerta.
Si la vida no te da lo que esperas, trabaja para conseguirlo y aprovecha los pocos recursos que tengas. Las cosas no vienen solas…

Está en nosotros vivir en un mundo de mierda. Tampoco sera de flores y colores; nuestro mundo, nuestra vida, puede ser imperfecta, pero tenemos en nuestra mano unos recursos y siempre, siempre, 2 opciones, 2 caminos.

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Historias de Jefes: su sentido del humor

Hacía mucho tiempo que no tenía una semana como esta, tan sumamente cargada de trabajo. Ha sido una combinación agridulce de premios y sobreesfuerzos, entorno a la figura de mi jefe.

Nuestra relación amor-odio me trae por la calle da la amargura en ocasiones y, seguro que si me planto a pensar, encuentro multitud de anecdotas «graciosas», como por ejemplo, la costumbre de llamarme 5-10 minutos antes de la hora de salida (no se si por demostrar su «control» sobre mí o si por un particular sentido del humor). De hecho, hace unos dias para revisar un trabajo me llama sobre las 7 (mi hora de salida), se pone a mirarlo (pq tras más de un mes no lo había hecho, aún siendo el diseño de las lineas de actuación de mi empresa en el campo al que me dedico), mira el reloj y me dice: son las 7 y diez, como quien habla del tiempo… Y sigue leyendo y comentando, hasta bien entradas las 8 de la tarde. ¿No es eso sentido del humor?

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Y ahora… ¿qué historias tenéis con vuestros jefes? ¿Tienen alguna costumbre graciosa? ¿Llegan a ser incluso de esos jefes machistas de las palmaditas en el culo? (Si, creo que aún no se han extinguido….)

¡Venga sufridores, contadme!