Porque siendo conscientes, somos conocedores de nuestra realidad.
Porque aunque actuemos equivocadamente, descubrimos nuestros éxitos y nuestros fracasos, caminando hacia el aprendizaje.
Porque vivimos la vida en el Ahora, siendo el futuro un deseo y el pasado un aprendizaje.
Porque valoramos los pequeños momentos, las secretas especias de la vida, los aderezos que matizan nuestros días de un sabor único, tan subjetivamente nuestro.
Porque siendo conscientes podemos conectar con lo que realmente somos. Palpamos nuestra humanidad, nuestra dualidad; volvemos por un momento al aquí y al ahora.
Ser consciente es darse cuenta. Tan sencillo, tan complejo.
Y tú, ¿de que te das cuenta… ahora? 🙂
¿Y si cada día te preguntases por un ratito: de que me doy cuenta ahora?
A veces siento que surfeo la vida.
Me subo en una tabla y busco un equilibrio;
tratando de no caerme, sintiendo el sol en mi piel, necesitando ese movimiento que me mantiene viva.
Arriba y abajo, ondulando, fluyendo.
Hay momentos en que las corrientes se alían en tu contra,
es entonces cuando los nadadores cobran protagonismo.
Esta semana publico un podcast al que le tengo un especial cariño. Primero porque encaja la música y el texto a la perfección, y plasma una carta rasgada que sale del alma, como sucede con la música.
Es el primer libro que he leído en este año; fue una elección consciente, porque el título me lo sugería y me lo habían recomendado. Trasladándome a Costa Rica, donde Ariadna emprendía una aventura que cambiaría su vida, yo también dejé salir a mi Bruma aventurera, e incluso por momentos fantaseé con darle ese giro a mi vida.
La relación entre Ariadna y Jonás es pasional y arrolladora como la vida, tan apisonadora como a veces son las circunstancias en que nos vemos sumidos. Me gustó grabarla, tanto que salió a la primera, sin pausar la narración; y eso, para los 8 minutos de duración, es todo un reto. La sentí dentro, y por eso me gusta. Espero que a vosotros también! 🙂
Sobre el libro, os lo recomiendo. Espero leer la segunda parte, La sonrisa de Ariadna, muy pronto, cuando termine unos cuantos libros que tengo en cola.
….cloc cloc cloc….
….camino bajo la lluvia en la madrugada… …cloc cloc cloc…
Mis tacones resuenan y reafirman mis pasos.
La película se alargó, me olvidé el iPod.
Me sumerjo en la música de mis pasos.
Chapoteo sobre mis pensamientos.
Me gusta caminar con tacones, me siento rotunda.
Mis tacones son de madera… ¿flotaré sobre los charcos?
Pruebo. Chapoteo de nuevo. Vaya, no floto.
Viene a mi mente Love will come through.…
Tarareo… take me… don’t leave me…
baby… love will come through, it’s just waiting for you…
Hoy ha sido un día extraño.
Limpieza, planes deshechos, nuevos planes.
Amagos de encuentro con mi ex.
Personas desalentadas, desorientadas.
Rarezas, lejanías, cercanías relativizadoras.
Pizza que llega equivocada, película que se alarga, sueño que seduce.
…cloc cloc cloc…
Entro en mi barrio. Brilla su luz anaranjada.
Me gusta.
Me fascino mientras miro los destellos y salpicaduras de las gotas….
Es precioso. La lluvia cae pausadamente, como deberíamos vivir.
Vuelvo a cantar. Llueve y el cielo y la tierra se mojan entre sí….
….. Llueve sobre el río, llueve sobre el mar…
Llueve y no parece que vaya a parar….
Ya cerca de mi casa cierro mi paraguas.
Dejo que llueva sobre mi cara.
Pequeños besos me miman.
Sonrío.
Llueve, llueve, y en todos los rincones del país
la tierra está agradecida…