Hemos nadado desnudos en los ojos, en nuestra mirada, en la mirada ajena, disfrutando de los matices intangibles de la comunicación más etérea…. y continuamos, siguiendo una sugerencia, para lanzarnos al fascinante mundo de las manos.
Las manos, compañeras del día a día, resisten los golpes, que devoremos sus uñas, el frío, los restos de nicotina, se manchan, se ponen nerviosas, tiemblan… Con todas sus circunstancias, como nosotros, nunca dejan de comunicar.
En sus líneas se dibujan los trazos de la vida, las huellas de lo vivido, los posos del futuro, la fortaleza, la esencia, la materia que nos acompaña… Las manos muestran con su tacto, en sus caricias, la delicadeza del corazón. Impulsan nuestras palabras hasta el infinito, juegan, recorren caminos, abren puertas…
Incluso en un «simple» apretón de manos mostramos una gran parte de nuestro carácter, en la decisión, la templanza, la fuerza.
Me gustan las manos porque hablan incluso sin moverse, en su forma, delicada, robusta, infantil,… Capaces de todo, sumidas en la inmovilidad, o inquietas sin saber que hacer.
Desde niña recuerdo que me identifiquen por mis manos, muy fuertes por dentro, con lineas marcadas, y surcos profundos, semejantes a un campo donde sembrar experiencias, y delicadas y suaves por fuera. Cuando los nervios me dejan las uñas largas, confieso que me maravillo mirándolas, tan estilizadas y cuidadas (en ese momento, mientras duran…).
Mis manos llevan anillos simbólicos solamente, que me acompañan; son fuertes y disfrutan explorando el sentido del tacto , acariciando el musgo de los árboles, la textura de las lentejas, la suavidad del yogur, el delicado transcurrir de la arena y la sal…
Cuéntame…. ¿Y tus manos? ¿Cómo son?
¿Te fijas en las manos de la gente?
Más…
Sobre el Tacto
Música: Take my Hand – Canción de Obra Social La Caixa –Link de escucha o descarga-