Image by boonDY
Domingo noche. Llego tarde a casa. Activa.
No tengo ganas de dormir, y me apetece escribir en mi libreta.
Son simples pensamientos lo que comienzo a escribir.
Me quedan 2 páginas y voy a terminar una libreta completa por primera vez.
Un rato antes, al escuchar las máquinas de aire acondicionado que aliviaban los calores sofocantes, recordaba la que sonaba en mi antigua casa. Donde ahora sigue él, en ese mundo del cual me siento tan lejana.
Por curiosidad me pongo a mirar cuándo comencé la libreta. Hace justo 11 meses, para dar salida a tantos sentimientos que me atiborraban.
Cuando leía aquellos sentimientos, me maravillaba de su ausencia.
Subidas y bajadas, dilemas, conflictos conmigo misma y con los demás.
Ahora parece todo más calmo.
Las aguas fluyen sin erosión.
Es bueno ser consciente de eso, porque lo valoro y lo disfruto.
Cuando vuelva a pasar por malos momentos, recordaré cuánto he estrujado esta fruta del presente.
Han pasado personas por mi vida con las que hoy no puedo hablar por su expreso deseo. Les pienso a menudo, pero se que la distancia voluntaria-elegida siempre es lo mejor.
Hay amistades que se han deteriorado, hay otras que se han consolidado, careciendo de etiquetas.
Mucho trabajo ha costado y seguirá costando eso de ser auto-dependiente, de no emocionarme tanto y mantener las riendas, de no «cuidar demasiado» y entregarme a borbotones. Calma.
Ahora quiero todo en su medida, como lo elija.
Si he de perder un rato los papeles, quiero ser consciente… ¡y hacerlo!
Decía en mi libreta que comienzo esta nueva etapa con ilusión. Se que se acercan cosas interesantes, aunque no sepa cuales.
Ahora escribiré en mi libreta de El Secreto, donde me acompañarán no solo mis pensamientos sino también muchas citas motivadoras.
Hoy he pintado un «panel de visualización» en mi armario y allí pintaré mis deseos, lo que quiero atraer hacia mí.
Y es que… cuando deseo muy fuerte, muy fuerte….
…parece que viene…
Finalizo este post como con la libreta:
Namasté.
…salgo y reivindico el poder de la mente…