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Pobrecitos los niños de África.

A través del comentario de Tegala en mi post anterior, me ha hecho querer compartir con vosotros un ejemplo de actitud. Tegala comentaba que en ocasiones es muy difícil salir de la espiral negativa y reirse, que cuando se acumulan las cosas poco más sale que risa de loca. Y estoy con ella, se que parece muy fácil y por eso el mérito de quienes pueden a veces girar la espiral, bien sea apagándose hasta el día siguiente (un reset a tiempo puede ser muy beneficioso), alimentándose con algo positivo o relativizando la situación sin dejar de luchar.

TODOS, por muy divinos y positivos que seamos en algunos momentos, tenemos momentos de desconsuelo y de falta de fe. Eso no es malo para nada. ¡Qué podemos hacer más que comprendernos, dejarnos estar tristes y ponernos al sol cuanto podamos para llenarnos de una luz necesaria!

Lo que os quería contar hoy está también relacionado con Tegala, y con Shubhaa. Ellas tienen un amiga y vecina con un coraje admirable; es una valiente, como muchas de vosotras, y afronta sus realidades y problemas cotidianos (que son bastantes) con una actitud ejemplar, desprendiendo un amor interior y una serenidad que me encantaron.

Tiene una frase con la que relativiza sus propias circunstancias y descarta la opción del victimismo. Os la dejo por si a vosotros os enriquece y hace sonreír como me sucede a mí.

«Pobrecitos los niños de África» y no yo.

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Menos drama

En este desenfrenado trajín de vivir con una misma, no faltan los ajustes, las actualizaciones de software, las reflexiones, el ensayo-error, el mirarse al espejo.

De esto no hay que olvidarse, limpiar muy bien el espejo y recorrernos con el cuidado y el amor que miramos a «los nuestros». (¿Y es que quien es más «nuestra» que una misma?)
Las relaciones, incluida la nuestra propia, son como las plantas. Nunca hay que olvidarse de regarlas según necesitan, en unas épocas más que en otras; echarles abono de vez en cuando; darles cariño y hablarles, aunque a veces pensemos que no nos escuchan. Dejar que la energía de las palabras, la luz del sol y la vida, potencien su crecimiento y fortalezcan su propia raíz.


Image by Pavojinga

Es en ese espejo donde a veces te das cuenta de las tonterías que haces y quiero compartir con vosotros uno de los trucos que mejor funciona ultimamente. Es como el limpiador azul multiusos que se usa con el espejo, que vale-pa-tó!

El humor. Reirse de una misma, de uno mismo, de la situación, de nuestros enfados, berrinches y dignidades. «Hay que ver, que no me ha llamado» – «Hay que ver que solo se acuerda de mi cuando le interesa» – «que torpe soy, hoy me he expresado fatal en la reunión»…. etc… etc…

RÍETE. De las cosas que te tomas de manera personal, de tus torpezas, de tus enfados, de los pequeños dramas que nos construimos, de que te parece muy fácil esto que te cuento.

RÍETE. ¿por qué? Porque siempre hay mayores problemas de los que tenemos (por increíble que parezca), porque tienes mil motivos para dar las gracias y porque la vida es cuestión de actitud. ¡Relativicemos! ¡Seamos naturales! Si puedes elegir, ríete!

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El regalo de elegir

Son tantos los muros imaginarios construimos a nuestro alrededor que a veces nos olvidamos de las posibilidades con las que contamos. Disfrazamos de seguridad el «conformarnos» y nos olvidamos de mirarnos al espejo.
Quien eres, cómo sientes, por qué haces eso. Mirarnos con el amor que miramos a los que queremos, con sinceridad, comprensión y alegría.

La consciencia es el punto e partida hacia el fascinante viaje hacia la responsabilidad personal. Llevando las riendas de tu vida puedes caerte alguna vez, pero también cabalgar hasta quedar sin aliento, llevarte a tus lugares favoritos, disfrutar de las vistas del camino, y del destino, por supuesto.

Ni blanco ni negro, ni todo o nada. Poder elegir desde ti mismo es un don que olvidamos.
Valóralo, ejércelo, disfrútalo.

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VER-GÜEN-ZA

Vergüenza del país en el que vivo, sentimiento que ya tenía y hoy explota.


Image by finit2infitity

VER-GÜEN-ZA de…
…vivir en un país repleto de mafiosos, influencias y corrupción.
…el descaro y la sinvergonzonería disfrazado de gracia
…la inmovilidad
…el egocentrismo de creernos europeos durante tanto tiempo cuando siempre hemos estado a años luz.
…estar tan lejos de la conciliación familiar
…un nivel de respeto por los suelos
…ver como no se hace nada por salir de una situación insostenible
…la carencia de inversión en educación, investigación y desarrollo
…la escasez de civismo de nuestra sociedad de cacas de perro en las aceras
…los aprovechados que explotan aún más a sus empleados porque si no eres tú, será otro.
…ver cómo se castiga a los valientes que se atreven a cuestionar a los poderosos
…defender en el extranjero a un país que no se merece el respeto y fomenta sus propios tópicos
…la cultura del beneficio rápido y sálvese quién pueda
… los políticos, los hagos y des-hagos, las maniobras de distracción, los ladrillos, los amiguismos…
…ver que nos acordamos de Sta. Bárbara cuando truena y ¿ahora nos damos cuenta que estamos lejos de Europa?

TRIS-TE-ZA al ver…
…que 1 de cada 4 españoles está en riesgo de pobreza o exclusión social
…que nuestra población estará envejecida y a nadie le importa
…que justificamos con «salir de la crisis» barbaridades como montar plantas petrolíferas donde no se debe
…que los jóvenes con talento vuelven a verse obligados a emigrar para desarrollar su carrera.
…que para formar una familia tienes que hacer cálculos y malabares
…que para formar una empresa o ser autónomo tienes que hacer lo mismo, y más.
…que al final se grava a las clases medias y se aprietan el cinturón los de siempre
…que no hay cojones donde tiene que haberlos, reformas, limpieza y valor
…que me sentiría más orgullosa viviendo en alguno de los países con los que trabajo
…que «la justicia es igual para todos, pero para unos más que para otros».
…que vivimos cuesta abajo y sin frenos. Todo rápido, todo fácil.
…que la bola de nieve crece y crece y crece…

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Reflexiones de mimosa

No se me ocurre un aroma más delicioso que el de la mimosa. Es delicada, con sus pistilos desplegando perfume y color.Colma el invierno de alegría, esperanza e ilusión por la primavera que se avecina. Cierro los ojos y me dejo adormecer por la dulzura en forma de árbol.

Lo tengo claro, si puedo elegir, quizá no me convierta en carballo o en almendro, otros de mis árboles favoritos. Sin duda me encantaría ser una enorme mimosa. Fuerte tronco, profundas raíces y tanto mis hojas como mis flores formadas de pequeños palitos. Podría deshacerme de gusto cuando me apeteciese.

La mimosa no es una flor cualquiera. ¿Cuantas personas dirían que su flor favorita es la mismosa? Pocas, seguro. La mimosa es el objeto de devoción de las personas sensibles. Más allá del clasicismo de las rosas rosas, la majestuosidad de los narcisos y la perfección y tersura de los tulipanes. La mimosa se eleva al nivel de las flores de almendro, el azahar y la lavanda. Efímera y encantadora, desplegándose a la vida en un éxtasis tan perenne como la propia existencia.

Y frente a mi, una mimosa, reflexiones y caminos. Peregrina decidiendo la ruta que ha de vivir. Feliz de elegir, consciente de la responsabilidad persona y las inabarcables posibilidades alrededor. Abriendo los brazos lo justo para abrazar el presente, mirando al horizonte y deseando lo que venga. Confiando. «Haciendo sin hacer, todo se hace».

Así estoy ahora, en estado mimosa. Abierta a los sueños y al presente. Sintiendo mariposas en el estómago mientras me planteo nuevos retos. Los riesgos siempre remueven y agitan. No se vive plenamente sin ellos. Trabajo por aceptarlos. ¡Qué sería de mi sin esta permanente jardinería interior! Del barbecho al hecho. Pensando lo que quiero plantar, sin más ambiciones que alimentarme de los frutos de este huerto-jardín, ahora bautizado como «huertín», ea.

Suenan las gaitas, «Fuxan os Ventos». Hoy me quiero sentir esa gallega sin acento, con mochila, sentires, lágrimas y sonrisa.

Y hablando de mi huertín, a sementar (sembrar)…