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Batallando con el mundo Desde mis Brumas

La frustracion y yo

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La frustración y yo tenemos una relación tortuosa desde hace muchos años, quizá toda la vida. Es posiblemente uno de los sentimientos que más minan mi energía, dejándome en ocasiones entre el pellejo de una tristeza profunda.

Cuando tenemos una circunstancia base de nuestra forma de ser y nos topamos con la necesidad u obligación de limitarnos, algo se revuelve por dentro. Cómo combinar la protección maternal con la libertad personal e individual de los demás para equivocarse.

Querer y no poder. Se encoge el corazón y debes dejar estar, porque lamentablemente no está en tu mano lidiar con las circunstancias de los demás.

Solo en tu universo puedes conseguir activamente que las cosas cambien. Eres rey de tu propio ser y actuar. En los demás está su elección por aceptar, resignarse o rebelarse ante las circunstancias.

En esta partida cada uno gestiona sus cartas, descubriendo incluso comodines camuflados entre ellas, insospechadas posibilidades de juego, combinaciones que nos harán ganadores en el juego de vivir nuestra propia vida.

Hagan juego señoras y señores…

«…y jugar por jugar sin tener que morir o matar, y vivir al revés que bailar es soñar con los pies…»

12 respuestas a «La frustracion y yo»

Gracias a ti Jorge, por comentar y acompañar.
Es muy difícil aceptarm es un trabajo que hacer con nosotros mismos a diario y poco a poco ir aprendiendo a dejar marchar, a que cada uno gestione sus circunstancias y sea responsable de sí mismo. Cuestiónate siempre los límites, a veces podemos hacer cosas increibles de las que no nos creíamos capaces.
Un abrazo!

La voluntad no tiene límites, es absolutamente libre, es un aspirar sin término, un perpetuo querer. Cada satisfacción es el punto de partida para un nuevo querer y cada insatisfacción provoca un gran dolor. Y cuando no hay objetos que desear o cuando se consiguen rápidamente, el individuo siente un vacío aterrador… Así “la vida oscila, como un péndulo, entre el dolor y el hastío (…) después de haber puesto en el infierno todos los dolores y todos los suplicios, el hombre no ha encontrado nada que colocar en el cielo más que el aburrimiento” (Schopenhauer)

Pero seguimos deseando, expresamos nuestra voluntad de encontrarnos con alguien desconocido que a lo mejor compartirá nuestra vida (nos compartiremos, habitándonos) por un tiempo, o para siempre, es un decir…

Saludos, desde el otro lado de la apatía, en la utopía de un mundo nuevo por descubrir cada día… en atopía, un espacio sentimental sin geografía… Pau Llanes

¿Pero por qué nos cuesta tanto dejar que los demás sigan sus procesos y cometan sus errores, cuando es un derecho que reclamamos para nosotros constantemente?
Decía alguien mucho más sabio que yo, que el problema no está en la frustración, sino en la expectativa, y que no tenemos que luchar contra la frustración, sino aprender a desprendernos de las expectativas…
But my dear, that takes a lifetime…
Besos del Sur

Nunca me e sentido frustrado, asi que, poco puedo ayudar, creo que todo se debe a que mi madre me dijo que nunca crellese que existen cosas que no pueda hacer, si no cosas que todavia no e hecho. Bicos, me alegro de volver a pasar por aqui. Bicos.

Pau: me alegra leerte, pero no me alegra verte en ese estado de atopía, entre las hojas secas de un vacío, en la sala de espera.
La voluntad es libre, cuanta razón tienes…
no tengo muchas palabras hoy…
Un abrazo, compañero. 🙂

Tegala: nos acompañamos en esta lucha como buenas guerreras! Te adoro.

Shu: El tema de las expectativas es pariente cercano, pero yo lo diferenciaría porque además afecta a más ámbitos todavía. Con la frustración me siento limitada para actuar, esperando o no que los demás hagan algo para resolver sus conflictos. Es un hecho q no puedo hacer más y por eso me siento asi. Con las expectativas proyecto en las actuaciones de los demás lo que yo misma haría, y si, tiene relación, pero no es lo mismo. Lo se pq he estado conflictuada por ambas causas. Si q abarca toda una vida lidiar con esto… Ese camino infinito del autoconocimiento.
Achuchon bien fuerte.

An: me alegra encontrarte siempre y mas aun me alegra leer que nunca te has sentido frustrado. Si señor! Y esa madre tuya inculcando esos valores es algo más que grande. Bicazos!!

No, mujer, bruma de otoño… Te escribo “desde el otro lado de la apatía, en la utopía de un mundo nuevo por descubrir cada día… en atopía, un espacio sentimental sin geografía”… Lo que significa que estoy en las antípodas de la apatía, acaso una utopía para muchos… Difícilmente encontrarás alguien tan “en-tu-siasmado” de la vida, tan curioso por sus milagros; soy lo opuesto a un “en-sí-mismado” existencialista, Bruma…

Y en cuanto a mi ATOPIA, te cuento… Llamo ATOPÍA a esos espacios “diferentes” de encuentro para el amor, no sólo románticos; espacios de algún modo sagrados en los que constituir de mutuo acuerdo y con pasión un nuevo centro del universo, lugares propicios en los que experimentar abiertamente nuestras subjetividades y comunicarnos con absoluta franqueza, despojados de disfraces y temores circunstanciales… Yo les llamo “lugares de amor”: espacios nada cotidianos o sí, pero vividos con intensidad y total entrega, que habitamos abrazados (aun no físicamente); espacios memorables para ser recordados en cualquier parte y en cualquier tiempo de nuestro porvenir, espacios sin geografía… más mentales que físicos… Atopías sentimentales…

Saludos cordiales, desde mi madrugada, recién llegado de la parranda guadalupana… Pau Llanes

PS: por cierto, Bruma, nunca me respondiste a una pregunta que te hice hace semanas… ¿Tú isla es mi isla?

jajaja!! Disculpa Pau, tienes toda la razón, te había leído mal. Eso pasa por intentar hacer varias cosas a la vez…. No tengo un día muy fino, ni muy inspirado.
Me gusta muuucho ese lugar llamado Atopía, gracias por entrar en detalle y hablarnos un poco más de él.
Me has regalado una joyita pra un día de apatía, nubes y desazón. Gracias Pau. 🙂

A tu pregunta respondí por email hace tiempo, querido. Y sí, compartimos isla, bueno, no ahora para ti, pero sí en el corazón, verdad?

Namasté, compañero.

Ay, estas personitas multitarea… jejeje… Me gusta cuestionar tu «apatía» con mis palabras; el tedio se alivia con palabras…

Y en cuanto al email que aseguras que me enviaste… jamás lo recibí; debió perderse entre los pliegues del cyberespacio o qué sé yo… Serían palabras hermosas e Internet tuvo celos, seguro…

Pau Llanes, desde atopía.

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